viernes, 22 de mayo de 2009

La Miel


Comí una miel demasiado buena, una miel dorada y brillante que se deshacía antes de llegar a mi boca de asno.

Tragaba la miel sin saborear y tan buena era que olvidé que caminaba mientras la tragaba y casi caigo a un acantilado del que me habría sido imposible salir,
y me asusté tanto al ver las picudas rocas que solté la miel,
la solté para pensar que no podía pasarme esto otra vez,
la solté aun temiendo que algún oso goloso o algún blanco y apuesto corcel se comiera mi miel.
Y lloré, y recordaba la miel con los ojos en carne viva de tanto llorar, de tanto como amaba yo a mi miel, de lo que precisaba su olor, su brillo y su calor.
Pero me senté, me senté a pensar cómo podía hacer para olvidar el miedo a la caída y para no caerme.
Recordé que era necesario llevar la cabeza alta,
para poder ver y recordé que sólo los corceles apuestos son capaces de llevar alta la cabeza, capaces de andar mientras degustan la miel.
Así, sin más dilación empecé a trabajar duro para convertirme en lo que había deseado toda mi vida, un apuesto corcel, para que así, además mi miel se sintiese orgullosa de caer en mi boca.

4 comentarios:

  1. ...miel para sentir,vivir ,amar y morir de miel ...siempre miel hasta para tener erizado cada poro de la piel...desde mi alma de miel a la tuya ..jose ramon.

    ResponderEliminar
  2. Con la dignidad toda miel, sabe como el mejor manjar para la boca.
    Un Saludo.

    ResponderEliminar
  3. ...miel para ser dulce , amar y tener la capacidad del panal siemre al lado de uno...me tomaria un poc de la que pones,....ummmmmmm,riquisima desde mia alma en miel a la tuya ...jose ramon.

    ResponderEliminar
  4. Baobab, maravilloso el texto lleno de imágenes y la reflexión y enseñanza que encierra me ha encantado. No podemos descuidarnos, siempre hay que superarse y ser merecedores de lo que queremos y buscamos.

    un beso!

    ResponderEliminar