Comí una miel demasiado buena, una miel dorada y brillante que se deshacía antes de llegar a mi boca de asno.
Tragaba la miel sin saborear y tan buena era que olvidé que caminaba mientras la tragaba y casi caigo a un acantilado del que me habría sido imposible salir,
y me asusté tanto al ver las picudas rocas que solté la miel,
la solté para pensar que no podía pasarme esto otra vez,
la solté aun temiendo que algún oso goloso o algún blanco y apuesto corcel se comiera mi miel.
Y lloré, y recordaba la miel con los ojos en carne viva de tanto llorar, de tanto como amaba yo a mi miel, de lo que precisaba su olor, su brillo y su calor.
Pero me senté, me senté a pensar cómo podía hacer para olvidar el miedo a la caída y para no caerme.
Recordé que era necesario llevar la cabeza alta,
para poder ver y recordé que sólo los corceles apuestos son capaces de llevar alta la cabeza, capaces de andar mientras degustan la miel.
Así, sin más dilación empecé a trabajar duro para convertirme en lo que había deseado toda mi vida, un apuesto corcel, para que así, además mi miel se sintiese orgullosa de caer en mi boca.
Tragaba la miel sin saborear y tan buena era que olvidé que caminaba mientras la tragaba y casi caigo a un acantilado del que me habría sido imposible salir,
y me asusté tanto al ver las picudas rocas que solté la miel,
la solté para pensar que no podía pasarme esto otra vez,
la solté aun temiendo que algún oso goloso o algún blanco y apuesto corcel se comiera mi miel.
Y lloré, y recordaba la miel con los ojos en carne viva de tanto llorar, de tanto como amaba yo a mi miel, de lo que precisaba su olor, su brillo y su calor.
Pero me senté, me senté a pensar cómo podía hacer para olvidar el miedo a la caída y para no caerme.
Recordé que era necesario llevar la cabeza alta,
para poder ver y recordé que sólo los corceles apuestos son capaces de llevar alta la cabeza, capaces de andar mientras degustan la miel.
Así, sin más dilación empecé a trabajar duro para convertirme en lo que había deseado toda mi vida, un apuesto corcel, para que así, además mi miel se sintiese orgullosa de caer en mi boca.
...miel para sentir,vivir ,amar y morir de miel ...siempre miel hasta para tener erizado cada poro de la piel...desde mi alma de miel a la tuya ..jose ramon.
ResponderEliminarCon la dignidad toda miel, sabe como el mejor manjar para la boca.
ResponderEliminarUn Saludo.
...miel para ser dulce , amar y tener la capacidad del panal siemre al lado de uno...me tomaria un poc de la que pones,....ummmmmmm,riquisima desde mia alma en miel a la tuya ...jose ramon.
ResponderEliminarBaobab, maravilloso el texto lleno de imágenes y la reflexión y enseñanza que encierra me ha encantado. No podemos descuidarnos, siempre hay que superarse y ser merecedores de lo que queremos y buscamos.
ResponderEliminarun beso!